Vos levantaste la bandera del amor
y echaste a andar la labor diaria
de conseguir el pan para tus hijos...
Y entonces tu mayor ambición
fue verlos crecer sanos y felices,
con el regocijo de saberlos libres,
con la inquietud de educarlos
y prepararlos para enfrentar la vida.
Te despojaste de todo: egoísmo, orgullo,
vanidades y falsos espejismos.
Les entregaste todo: amor, protección,
esperanza, ilusiones, sueños y la fe
de construir juntos un mundo mejor.
Tu gran homenaje fue siempre
la sonrisa de tus hijos... Verlos,
tenerlos, compartir la vida...
más allá de los quebrantos,
sin importarte los fracasos,
porque por ellos siempre
volviste a empezar...
Yo quisiera ver flamear tu bandera,
la que defendiste con tanto empeño,
todos los días, para que podamos
ser parte de esta tierra...
Quiero darte un abrazo
y que me abraces;
que caminemos juntos
la senda infinita...
RAMÓN ROJAS MOREL
Corrientes, 19 de Junio de 1999
bello y con todo el amor que tienes para dar Ramón.
ResponderBorrarUn abrazo Gus.