QUÉ SÉ YO
te hiciste grande en mi camino
y ya no puedo dejar de pensar en ti.
Anhelo tus ojos, tu voz;
tu alma, eco de mi alma,
donde se hacen inmensas mis palabras.
Y te necesito, y empiezo a tener
mil tiempos de distancia
que golpean con tristeza de ansiedad
todo aquello que es viento norte,
fresca primavera, invierno sutil…
Eres la palabra que nació a este poema;
simplemente eso: naturaleza creadora
de un sueño, más realidad
que sólo un sueño, melodía sencilla
que complica mi universo.
Desde el primer rayo de claridad
de este amanecer
comenzaré a buscarte en la brisa.
Tal vez, con la última bandada te hallaré.
Y sonreiré a tu sonrisa,
y me dejaré envolver
por tu mirada que me dice todo,
todo lo bello que tiene la vida,
antes del anochecer…
Ramón Rojas Morel
Formosa, 29-02-1984
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